Mediación familiar y Gestión de conflicto
La mediación familiar es un método para la gestión de conflictos, que incluye un tercero neutral, el mediador familiar, con la función de ayudar a que las partes involucradas en el conflicto puedan negociar desde la colaboración, y poder así alcanzar una resolución del mismo satisfactoria para todos.
La mediación es un excelente método para solucionar problemas dentro del ámbito familiar, y refuerza la cooperación y el consenso. Consiste en un proceso voluntario, flexible y participativo de resolución pacífica de conflictos a través del cual las partes se reúnen con un tercero, el mediador familiar, que los asiste en la negociación del acuerdo que contemple los intereses de cada una de ellas.
Los objetivos de la mediación familiar son:
- La mediación familiar facilitará que se establezca una nueva relación entre las partes en conflicto.
- La mediación familiar aumentará el respeto y la confianza entre las partes en conflicto.
- La mediación familiar corregirá percepciones e informaciones falsas que se puedan tener respecto al conflicto y/o entre los implicados en este.
- La mediación familiar creará un marco que facilite la comunicación entre las partes y la transformación del conflicto.
Mejora de la comunicación
En toda familia que se respete hay dificultades en la comunicación: hablamos al mismo tiempo, nos interrumpimos, algunos no hablan, otros hablan por los silenciosos... En otras familias solo hablan los padres o uno de ellos y los hijos obedecen o se rebelan sigilosamente, aunque aparentemente acepten esta situación.
“AUNQUE ESTA FORMA DE RELACIONARNOS ES COMUN EN NUESTRO MEDIO, NO ES SALUDABLE”.
Por ello vale la pena examinar nuestra manera de comunicarnos con los demás para adoptar cambios de actitud favorables que nos conduzcan, no sólo a mejorar nuestra salud mental, sino también a abrir espacios propicios para que estos cambios se multipliquen entre quienes nos rodean y así alcanzar un bienestar emocional para todos.
Debemos aprender a expresar tanto los sentimientos positivos como los negativos, conviene que tanto nuestra pareja como nuestra familia sepa lo que nos gusta, lo que pensamos y lo que sentimos para que tenga un mayor conocimiento de nosotros.
El entrenamiento de las habilidades de comunicación y la comprensión de las particulares dinámicas que se han establecido ayudan a mejorar las relaciones familiares.
Terapia de pareja
Aprender a crear un proyecto en común no es fácil. Alimentarlo cada día con las mejores expectativas, tampoco. La importancia de este compromiso y de luchar de una forma eficaz contra los problemas, es uno de los componentes con más fuerza a la hora de mantener el objetivo de una relación feliz y duradera.
El amor, el compromiso, la intimidad, las responsabilidades, la comunicación, son elementos que forman parte, cuando entran en conflicto, de la crisis o ruptura de la pareja.
La posibilidad de que estos problemas (infidelidad, celos, monotonía, convivencia, falsas creencias acerca del amor y las relaciones de pareja, diferentes interpretaciones de lo que el otro dice o hace, comunicación, etc.) se resuelvan, pasa por tener claras las expectativas que hemos creado en común y abordar las diferentes percepciones y cogniciones personales.
Problemas con los hijos
Los problemas con los hijos ocasionan en numerosas ocasiones mucha frustración y estrés por no saber exactamente como hacerles frente. La vida nos hace padres de unos hijos que vienen sin manual de instrucciones y no existen fórmulas mágicas que nos enseñen a desempeñar eficazmente nuestra tarea como padres.
Celos y peleas entre hermanos, timidez excesiva, pereza y falta de motivación, afrontamiento de la adolescencia, marginación y acoso escolar, amistades, etc. son situaciones a las que a veces no sabemos como hacer frente o no coincidimos, como padres, en la forma en que deberían afrontarse.
A veces es importante contar con un apoyo externo que nos permita comprender y hacer frente a todos estos problemas para evitar que puedan ir evolucionando de forma negativa.